Transcurridos varios meses desde el final del primer confinamiento, las ciudades han cambiado poco en apariencia. Y sin embargo ha cambiado todo. ¿Pero a qué responden esos cambios profundos? ¿Cómo se relacionan con los debates existentes sobre modelos de ciudad?
A principios de verano tuve la oportunidad de conversar con Dario Núñez para uno de los arquicafes de Stepien y Barno. Para quienes no lo conozcan, se trata de entrevistas conversaciones distendidas y relativamente breves con arquitectos, en formato podcast.
No descubro nada nuevo si digo que los edificios envejecen. Tampoco que, como las personas, pueden envejecer bien o mal. Jose Maria Echarte ya escribió aquí sobre saber envejecer (y saber apreciar la vejez), hoy quiero hablar de lo contrario.
En 1998 salía a la luz Starcraft, un juego de estrategia en tiempo real revolucionario que se convertiría en un referente. Ambientado en un futuro de ciencia-ficción, tres razas luchan para asegurar su supervivencia: los humanos Terran, los enigmáticos y avanzados Protoss y los alienígenas Zerg, cuya única motivación es arrasarlo todo.
«Había una vez, tres hermanos cerditos que vivían en el bosque. Como el malvado lobo siempre los estaba persiguiendo para comérselos dijo un día el mayor: – Tenemos que hacer una casa para protegernos de lobo.
Como saben bien los que me conocen, me encantan los mapas: Me gusta verlos, me gusta hacerlos y me gusta usarlos para dar respuestas a preguntas complejas. Me gusta el hecho de que se pueden crear mapas sobre casi cualquier cosa.
Hace ya un tiempo que este vídeo se hizo viral. En él, aparece Valentín Ferrero, un profesor universitario asociado, afirmando que ha dejado su trabajo para participar en un concurso de televisión.
Hace años, en 2009, me preguntaba acerca de por qué el BIM, siendo que tenía una serie de ventajas innegables frente a trabajar con programas de CAD, apenas se utilizaba en España salvo en honrosas excepciones y contrariamente a lo que ocurría en otros países.
Propongo un ejercicio: cerrar los ojos un momento e imaginar a una persona que se dedica a la ciencia y a la investigación. Con casi toda seguridad, habrás visualizado a un señor de mediana edad, con bata blanca y gafas que está haciendo “cosas” en un laboratorio o delante de un ordenador, seguramente para resolver algún problema relacionado con la salud, el medio ambiente o haciendo más eficiente algún proceso.
Estos últimos años en los que apenas he mostrado actividad en esta web han coincidido con periodos de bastante intensidad, sobre todo en lo laboral. El otro día hablé de una de las actividades que más tiempo me requería, y hoy de otra de ellas: Zaragoza Accesible, el proyecto de mapeado colaborativo de aspectos relacionados con la mobilidad urbana y la discapacidad que ideé en el curso 2015-16 dentro de una cátedra de la Universidad San Jorge y en el que trabajo como investigador principal desde entonces.