Si la tecnología controla todos los resultados de forma rutinaria (como si se tratara de una tubería de datos) hay un alto riesgo de que se convierta en obsoleta, cada vez menos utilizada o tan rutinaria que apenas sea interactiva.
Gracias a Júlia López me entero de que el pasado 11 de febrero, Informe Semanal dedicó uno de sus reportajes a plantear el concepto de las smart cities y ejemplificarlo con tres casos de smart cities españolas: Málaga, Rivas Vaciamadrid y Barcelona.