A pesar de lo evocadora y prototípica que resulta la imagen del arquitecto trabajando en su mesa de dibujo, con su paralex, sus rotrings y su carboncillo, lo cierto es que hoy en día es imposible concebir nuestra profesión sin medios informáticos.
Continuando con la serie de artículos del CAD al BIM, cuelgo la siguiente presentación que realicé para la clase de Herramientas Digitales como introducción a lo que es el BIM.
Y con unas ventajas tan evidentes... ¿por qué no se implanta masivamente?
En el post "Del CAD al BIM" hablaba de las ventajas que supone el uso del BIM frente al CAD, que son numerosas e indiscutibles, sin embargo hay un hecho claro que no se puede obviar y es que, en España, existe un uso masivo y casi monopolista de un único programa de CAD que hace que el uso de los programas BIM sea poco menos que ciencia ficción para la gran mayoría de arquitectos hoy por hoy.
…si los arquitectos nos dejan…
A veces tengo la sensación de que, a pesar de lo que podría esperarse de una profesión creativa, los arquitectos somos reacios al cambio. Hace 15-20 años el sector de la construcción (y con él el de la arquitectura) vivió toda una transformación: el uso de programas de CAD como punta de lanza en la introducción de la informática como herramienta de trabajo principal.
Hace unos meses hablaba acerca de la importancia que tiene una decisión tan trivial aparentemente como es la elección de nuestro software. En aquélla ocasión hacía una llamada a la toma de conciencia, a tener un criterio propio y a no dejarnos llevar por tendencias o modas, esta vez hablaré de un caso práctico.
Una de las preguntas más importantes que deberíamos hacernos como profesionales es la elección del software que vamos a utilizar en el desempeño de nuestra profesión. Sin embargo la experiencia dice que esta pregunta es casi siempre obviada y se acaba utilizando el programa que hemos aprendido a usar o el que usa la mayoría de gente, sin plantearnos si realmente es el que mejor se ajusta a nuestras necesidades.