Adrià Goula: fotografía de arquitectura

Nací en Barcelona en 1973. Estudié arquitectura pero me dedico a la fotografía de arquitectura (http://www.adriagoula.com). Como arquitecto trabajé con Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, con Coll-Leclerc y con Yves Lion, en Paris, entre otros. A parte de mi trabajo profesional estoy desarrollando un trabajo personal de fotografía sobre temas relativamente arquitectónicos que ha sido expuesto en Paris, Burdeos y Barcelona.

¿A qué te dedicas? ¿Cómo es tu trabajo?

A fotografiar arquitectura. Se trata de crear las imágenes a para poder mostrar el edificio cuando no sea posible experimentarlo en vivo (que es la mayoría de veces).

La experiencia arquitectónica no es reproducible bidimensionalmente, en papel o pantalla. La experiencia dinámica de acercarse a un edificio o de cruzar los espacios, de sumar una serie de sensaciones que producen estar en un sitio son imposibles de reproducir con una serie de imágenes. Pero a través de la fotografía sí que se puede sugerir estas sensaciones. En esto consiste el trabajo del fotógrafo de arquitectura. A partir de los encuadres elegidos, las luces de la escena, la composición de la imagen, se crean ciertos paralelismos entre la experiencia arquitectónica y la imagen fotográfica que hace que el espectador pueda recrear la sensación que allí podría experimentar.

No se trata por lo tanto de una transposición literal de la obra arquitectónica, y es con este margen de interpretación que el fotógrafo juega.

¿Cómo llegaste a hacer este trabajo?

Durante la carrera necesité en ciertos momentos utilizar la fotografía para explicar los proyectos y poco a poco me aficioné a ella. Compré material, me monté un laboratorio en casa y cada vez le fui dedicándole mas tiempo. Hubo un momento en el que amigos arquitectos que trabajaban en despachos y conocían mi afición me propusieron de que fotografiara algunos de sus edificios. Hasta aquel momento ni se me había ocurrido que pudiese dedicarme a esto, pero la experiencia me encantó. El momento decisivo fue un par de años después, cuando trabajaba en Paris en el despacho de Yves Lion y la fotógrafa que normalmente le hacia el trabajo no pudo ir a hacer las fotografías de la Embajada de Francia en Beirut. En el estudio conocían mi afición, y después de un par de pruebas me enviaron una semana a Beirut a hacer el reportaje. Al cabo de unos días allí y cuando ya tenía el reportaje más o menos resuelto tuve claro que prefería mucho más aquello. Las fotografías tuvieron mucho éxito, y el proyecto ganó el Equerre d’Argent de aquel año 2005. Se publicó en revistas y periódicos y fue portada en varios casos. Todo aquello acabo de disipar mis dudas.

¿Por qué estudiaste arquitectura?

Sabía que quería hacer una carrera creativa, pero no tenía claro cuál. Se barajaban varias posibilidades: bellas artes, ingeniería aeronáutica, diseño grafico… seguramente el hecho de que mi padre fuese arquitecto retrasó bastante la decisión de que arquitectura era la mejor opción. Pero analizando bien la carrera estaba claro que era lo suficiente ambigua, pluridisciplinar y abierta de posibilidades para que yo encontrara mi sitio en ella. De hecho creo que desde el principio tuve claro que construir edificios no era la única salida a la carrera. Me lo tomé como una formación seria de carácter creativo, que te daba instrumentos útiles en muchos campos.

¿Te han servido de algo tus estudios de arquitectura? ¿Para qué?

Creo que ser arquitecto ayuda mucho en este trabajo. Por una parte por la relación que se establece con los clientes, que te ven como uno de ellos y que saben que los vas a entender. Por otro lado, los argumentos que se utilizan para decidir cómo se hacen las fotos son en parte arquitectónicos y creo que es muy útil una visión arquitectónica del conjunto para poder entender el proyecto y generar las imágenes que tendrán que resumirlo.

¿Consideras que lo que haces es arquitectura? ¿Te sientes arquitecto?

Yo entiendo la fotografía de arquitectura como el último paso del trabajo del arquitecto. El proceso de concepción y realización de un proyecto de arquitectura culmina con el de descripción. Poner en evidencia las virtudes, potenciar ciertos aspectos y disimular otros es una manipulación que se hace del proyecto y que condiciona sustancialmente la comprensión que la mayoría de gente tendrá de este edificio. En el momento en el que estamos en el que la imagen es tan presente, la descripción fotográfica del edificio aparece como una capa más en su proceso de formalización. Entiendo la fotografía como un instrumento más para hacer arquitectura.

¿Echas de menos proyectar edificios?

No. De hecho aun sigo haciendo algunos proyectos con mi socia en el estudio “aH! arquitectura”, pero cada vez tengo menos tiempo para dedicarme a ello y es ella la que se encarga de casi todo. La edificación no era una finalidad para mi, sino un mecanismo de canalizar mis inquietudes e ilusiones creativas. En la fotografía he encontrado un nuevo mecanismo con el que me siento mucho más cómodo y que está permitiéndome desarrollar plenamente.

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