Zaragoza Accesible en el Pint of Science 2018

Un momento de la charla: tenemos un problema cuando ningún mapa tiene en cuenta a las personas con diversidad funcional

Propongo un ejercicio: cerrar los ojos un momento e imaginar a una persona que se dedica a la ciencia y a la investigación. Con casi toda seguridad, habrás visualizado a un señor de mediana edad, con bata blanca y gafas que está haciendo “cosas” en un laboratorio o delante de un ordenador, seguramente para resolver algún problema relacionado con la salud, el medio ambiente o haciendo más eficiente algún proceso. Si he acertado no es porque seas una persona previsible, sino porque esa es (con pequeñas variaciones) la imagen que se tiene sobre los científicos. Sin embargo, esta visión refleja algunos prejuicios (como por ejemplo de género1 y de pensar que las ciencias son siempre aplicadas2 y limitadas a lo que se suele conocer como “ciencias puras”3) y evidencia también que las tareas que hace una persona científica son incomprensibles por la mayoría de personas y, por ello, son un completo misterio.

Precisamente, para salvar esta desconexión entre sociedad y ciencia nació la iniciativa Pint of Science en 2012 y desde entonces se ha extendido desde Reino Unido hasta 21 países de todos los continentes (salvo la Antártida). La idea detrás de Pint of Science es tan simple como eficaz: convertir los bares en el punto de encuentro entre ciencia y sociedad. Para ello, durante tres días seguidos se organiza un festival repartido entre los bares de distintas ciudades en el que varios científicos explican su trabajo a los asistentes durante unos 15 minutos y luego se abre un debate entre las omnipresentes cervezas que pueblan la mayoría de bares del mundo (de ahí su nombre). Se da, además, el caso divertido de que algunos de los asistentes al festival lo son de forma totalmente inconsciente al ser totalmente ajenos a la existencia del festival.

¿Por qué os cuento todo esto? Pues porque este año participé como ponente en la edición de Zaragoza junto a mi compañero y amigo Miguel Sevilla-Callejo para contar el proyecto del que ya os he hablado en otras ocasiones, Zaragoza Accesible, con la charla que titulamos “Sobre sillas, sillitas, bordillos y semáforos sonoros. #zaccesibilidad para la mejora de la movilidad de las personas con diversidad funcional” y que podéis ver en este enlace.

Nuestra charla fue una de las tres de la sesión titulada “De retrones y satélites” que tuvo lugar el lunes 14 de mayo en el Harlem Rock Café y en la que participaron también Rafael Martínez Cebolla, del Colegio de Geógrafos de Aragón, y Raúl Gay Navarro, Diputado Cortes de Aragón.

Rafa habló del trabajo que hacen los geógrafos y de la importancia que tiene la geografía para comprender y explicar fenómenos de todo tipo y que tienen que ver con cómo percibimos y nos relacionamos con el mundo y su entorno físico, utilizando un sinfín de mapas curiosos.

En su divertida charla titulada “Sin brazos y a lo loco”, Raúl contó su experiencia personal para tomar consciencia de cómo puede ser la vida diaria de una persona con discapacidad pero, sobre todo, para romper tabús sobre la discapacidad. Todo ello con una mezcla de humor, crudeza y ternura.

Por último, Miguel y yo explicamos la necesidad de un mapa como el que estamos desarrollando sobre discapacidad y la oportunidad que supone hacerlo colaborativamente utilizando OpenStreetMap no solo para denunciar, sino para corresponsabilizar a la ciudadanía y contribuir a mejorar a la autonomía de las personas con diversidad funcional.

La experiencia fue inmejorable, tanto por lo interesantes y complementarias que fueron las charlas anteriores, como por la organización del evento a través de la asociación que organiza Pint of science (gracias en particular a Carlos, Juan y Silvia por su trabajo), pero muy especialmente por el recibimiento del público, que se prestó a un interesante debate que se prolongó hasta la hora de cierre del bar.


  1. Según el informe “Científicas en Cifras 2015” elaborado en 2015 por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la cifra de mujeres investigadora se cuantificaba, para ese año, en el 38% del total de personas investigadoras, lo cual evidencia que las mujeres no son una excepción en la investigación, si bien es cierto que hay todavía mucho márgen de mejora (especialmente si entramos a valorar los puestos que ocupan dichas investigadoras, pero eso escapa el propósito de este texto) y por ello son necesarias las campañas como las que empiezan a ser habituales para atraer mujeres hacia carreras de las llamadas STEM (Science, Technology, Enginery and Mathematics -Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). ↩︎

  2. Las ciencias aplicadas son aquellas que están orientadas a aplicar el conocimiento científico de una o varias áreas especializadas de la ciencia para resolver problemas prácticos. Dada su “aplicabilidad”, es decir, su capacidad para resolver problemas muy concretos, suelen ser más fáciles de explicar y comprender y, por tanto, suelen recibir una mayor atención por parte de la sociedad, así como mayor financiación. En contraposición a este tipo de ciencia se encuentra la ciencia básica, es decir aquella investigación científica que se realiza para aumentar el conocimiento, sin que tenga un fin práctico inmediato. Dado que este tipo de investigación no ofrece beneficios (sociales, económicos…) inmediatos suele ser considerada como innecesaria por ser un mero ejercicio de curiosidad. La realidad, no obstante, es que los beneficios de este tipo de investigación se obtienen a más largo plazo, ya que es la que permite crear nuevo conocimiento en el que se podrá basar, ahora sí, la ciencia aplicada. ↩︎

  3. A menudo se olvida que, además de las ciencias puras, existen las ciencias sociales, orientadas a estudiar la sociedad y el comportamiento humano, que incluyen disciplinas tan variadas como sociología, antropología, ciencias políticas, geografía, historia… e incluso las relacionadas con el lenguaje como la lingüística (que a menudo no se relacionan en absoluto con investigación). ↩︎

Carlos Cámara
Carlos Cámara
Arquitecto. Doctor. Profesor. Aprendiz.

Profesor, investigador, aprendiz.
Interesado por las comodificaciones entre ciudad, sociedad y tecnología

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