Propongo un ejercicio: cerrar los ojos un momento e imaginar a una persona que se dedica a la ciencia y a la investigación. Con casi toda seguridad, habrás visualizado a un señor de mediana edad, con bata blanca y gafas que está haciendo “cosas” en un laboratorio o delante de un ordenador, seguramente para resolver algún problema relacionado con la salud, el medio ambiente o haciendo más eficiente algún proceso.