…si los arquitectos nos dejan… A veces tengo la sensación de que, a pesar de lo que podría esperarse de una profesión creativa, los arquitectos somos reacios al cambio. Hace 15-20 años el sector de la construcción (y con él el de la arquitectura) vivió toda una transformación: el uso de programas de CAD como punta de lanza en la introducción de la informática como herramienta de trabajo principal.
El 2 de diciembre de 2006 abrí este blog, en aquél primer post no sabía muy bien qué contar. Hoy, poco más de un año más tarde, creo que tengo algo que podría ser considerado como una declaración de principios de lo que quisiera que fuese este blog, un “primer post”, vaya:
Invitado para participar en una charla-taller sobre podcasting y webs de arquitectura dentro del marco de la 8ª edición de la Semana Cultural de la ETSA Sevilla, bajo el lema “Espacio Protegido”, cuyo objetivo es “dar voz a aquellas arquitecturas y reflexiones, que siendo muy interesantes no tienen una dimensión-difusión pública, como la arquitectura de los Jóvenes arquitectos, de la mujer, la nueva arquitectura portuguesa, la arquitectura latinoamericana, la formación de los Arquitectos o las reflexiones sobre el paisaje y la ciudad desde un punto de vista abierto e interdisciplinar”.
Hace unos meses hablaba acerca de la importancia que tiene una decisión tan trivial aparentemente como es la elección de nuestro software. En aquélla ocasión hacía una llamada a la toma de conciencia, a tener un criterio propio y a no dejarnos llevar por tendencias o modas, esta vez hablaré de un caso práctico.
La arquitectura siempre tiene lugar, pero también tiene tiempo. Sociedad y arquitectura han sido siempre un binomio indivisible: no se puede entender la arquitectura de un momento sin entender su sociedad, y la arquitectura, a su vez, nos habla de cómo fue esta.
Los proyectos de arquitectura suelen desarrollarse en periodos largos de tiempo y generan un gran número de archivos y directorios. Si no hemos sido rigurosos y ordenados, la tarea aparentemente trivial de recuperar un plano concreto desarrollado hace unos meses o unos años (una situación bastante cotidiana en la profesión) puede convertirse en una auténtica odisea que puede desembocar en graves errores.
Mantener un orden de archivos y seguir un patrón al darles nombre que nos permita saber en todo momento y de manera rápida qué es lo que contienen cobran una importancia vial.
Este artículo se centrará en dar unos criterios para crear un código propio para nombrar los archivos de manera eficiente que nos permita saber el tipo de información que contiene, su versión, el proyecto al que pertenecen…
Una de las preguntas más importantes que deberíamos hacernos como profesionales es la elección del software que vamos a utilizar en el desempeño de nuestra profesión. Sin embargo la experiencia dice que esta pregunta es casi siempre obviada y se acaba utilizando el programa que hemos aprendido a usar o el que usa la mayoría de gente, sin plantearnos si realmente es el que mejor se ajusta a nuestras necesidades.