Relaciones extrañas
La relación entre arquitectos y clientes es ciertamente extraña: en muchas ocasiones los clientes nos ven como una mera firma o el peaje necesario que tienen que pagar para hacer el proyecto que ellos quieren. Por otro lado los arquitectos en no pocas ocasiones consideramos que los clientes son el mal menor por el que hay que pasar para construir y son los que pervierten "nuestro" proyecto. Así nos va a unos y otros...
Estoy convencido de que si unos y otros tuviésemos claros nuestros roles y cual es el valor que podemos aportar los resultados serían necesariamente mejores. No es fácil pero cuando un grupo trabaja bien y unido, remando en la misma dirección la experiencia siempre es mejor que cuando se hace en solitario, remando contracorriente. ¿Cómo cambiar esta tendencia?